El parto, paso a paso

El embarazo es un proceso fisiológico que no sólo nos transforma físicamente, sino que viene acompañado de grandes cambios en la esfera emocional y social de los futuros padres.

El parto es desde siempre un momento deseado y temido, tanto para la madre como para el padre, pero especialmente para ella.

Deseado porque significa el encuentro con el bebé y temido porque es conocido en todas las culturas como un proceso que, aunque sea natural en la vida de las mujeres, suele ser, sobre todo en el primer hijo, un periodo largo que conlleva concentración, dolor y esfuerzo.

Aunque cada parto es muy diferente al otro y, además, cada vez tienes más posibilidades de hacer un plan de parto en el centro que hayas escogido para que se respete tu deseo de cómo ser madre, te explicaremos las fases más habituales en un parto hospitalario.

El ingreso en la sala de dilatación

Aunque las mujeres con embarazos cuidados y sin complicaciones pueden elegir dar a luz en su casa, en nuestro entorno es reconocido el hospital como lugar en el que obtener mayores posibilidades de cuidados sanitarios en caso de que surja algún problema. En este entorno, las habitaciones en las que se desarrolla el proceso de parto, se llaman salas de dilatación.

Como  norma general, la embarazada se traslada a esta sala cuando ha iniciado el trabajo de parto, lo que suele corresponder a tres centímetros de dilatación y contracciones periódicas, por lo menos cada 5 minutos. También se la lleva allí cuando se va a inducir el parto (no está de parto pero se le va a provocar con medicación).

Es importante asegurar que la mamá y el bebé estén bien, por eso se hacen varias pruebas como registros cardiotocográficos (en los que se aprecia la frecuencia cardiaca del bebé y la presencia o no de contracciones en el útero), ecografías y análisis de sangre, cuyos resultados van a determinar las acciones subsecuentes.

Cuidados antes de dar a luz

 En el momento previo al nacimiento, siempre hay que tener en cuenta que se tiene que cuidar a dos personas: la mujer y el bebé. Por eso, además de controlar las constantes vitales maternas, se vigila la frecuencia cardiaca del feto a través de la escucha de su latido.

También se observa la actividad uterina, por la palpación o por la monitorización y se valoran las necesidades de analgesia de la mujer. En casi todos los hospitales se ofrece la analgesia epidural y medidas de confort materno como permitir la compañía del padre o familiar en el trabajo del parto, dar información a los padres para que participen en el proceso y así utilizar sus propios recursos personales.

En algunos casos, es importante tener una vía canalizada para mantener la hidratación y poder administrar la medicación o actuar en caso que se prevean complicaciones.

Acciones especiales

 A veces hay que romper la bolsa amniótica (amnioresis), realizar exploraciones genitales periódicas para valorar la evolución para el proceso de parto, o tomar muestras de sangre de la mamá y/o del bebé. Antes se prohibía la ingesta de líquidos, pero ahora, en situación de normalidad, en la mayoría de los hospitales se valora cada caso y puede permitirse.

El momento de dilatar

 La dilatación en el primer hijo dura una media de doce horas, y en el segundo seis, pero no es posible determinar con exactitud la duración del parto. También hay embarazadas que presentan complicaciones maternas o fetales, en este caso se procede rápidamente a la práctica de una cesárea urgente.

Hasta que todo el proceso de dilatación no ha terminado (diez centímetros de dilatación), la mujer no puede empezar a realizar respiraciones, conocidas como los pujos, con los que se hace presión para ayudar al descenso del bebé a través del canal del parto.

Los deseos de la madre se tienen en cuenta

 La asistencia en el parto hospitalario ha evolucionado muchísimo en los últimos años, sobre todo en lo que se refiere a aumentar la calidad de la atención y la satisfacción de las mujeres. Hoy todos los profesionales que atienden en los partos tienen en cuenta, en medida de lo posible, satisfacer los deseos de las mujeres.

Llega lo más deseado

El nacimiento es un momento de encuentro, intimidad y de amor. Nunca sabemos como va a ser, pero van a surgir muchas emociones. Así como circunstancias que pueden facilitar y/o complicar un parto.

Es fundamental hacer todo lo posible para que se reúnan las mejores condiciones de salud y de afectividad para que la experiencia sea aún más inigualable.

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