Por qué no debes seguir una 'dieta milagro'

Tengo más de 40 años y si algo he aprendido de las pasadas veinte primaveras es que las dietas milagro no existen. Casi todos los aspectos relacionados con la prevención de la salud tienen que ver con el equilibrio, con comprender cómo funciona nuestro propio cuerpo, escucharlo y responder a sus necesidades. Así ocurre también con nuestro buen estado físico y anímico.Y las dietas que se basan en ingerir solamente uno o dos tipos de alimentos y reducir drásticamente la ingesta de calorías rompen esa balanza psicoemocional.

Recuerdo haber probado la dieta Dukan hace unos años y pensar en lo malísimo que podía ser para mi organismo no tomar verduras ni fruta en la primera fase. ¡Y con lo que me gustan! Era tan irracional que la abandoné de inmediato. Y fue en ese momento, cuando pedí consejo a un nutricionista que lo primero que hizo fue plantearme una serie de preguntas. La primera: ¿Realmente necesitas una dieta para adelgazar?. Y la segunda, muy relacionada, ¿estás buscando la dieta que tu cuerpo y tu estado de salud te demandan o piensas más en estándares de belleza?

Cambio de enfoque: sentirse bien


Pueden parecer cuestiones obvias, pero no lo eran en absoluto. En efecto, mi prioridad no era adelgazar, pero aún no lo sabía. Mi indice de masa corporal (IMC) estaba entre 19 y 25 (los valores normales) y mi aspecto era saludable, pero, como tantas otras mujeres, tenía una percepción errónea de mi físico, algo que, llevado al extremo provoca dismorfia corporal (distorsión cuando te ves en el espejo) o incluso trastornos alimentarios, como la bulimia o la anorexia, que afecta a tantas jóvenes en edades clave para fortalecerse y encarrilar su vida personal y profesional. 
En cambio, sí necesitaba hacer deporte, cuidar mis alergias y mejorar mi estado de ánimo, para lo cual mi nutricionista me ha ayudado a cambiar unos hábitos totalmente flexibles con una comida familiar o una cena de amigos. La base: la dieta mediterránea, la nuestra. Y ejercicio moderado: media hora al día caminando, subir escaleras y una tabla sencilla de yoga y pilates para el fin de semana. Con el tiempo, yo misma he incrementado el deporte que hago: skate, dos días de yoga,  natación, mountain bike,.. Mi cuerpo me lo pide, y es bueno hacerle caso. Con el tiempo te das cuenta de que la belleza no tiene que ver con los centímetros sino con el hecho de sentirte bien contigo misma.

Mis compañeros de mtfarmàcia también me han aclarado algunas dudas de por qué las dietas milagro son malas para la salud. Las comparto con vosotras a continuación:

1. ¿Por qué no debes seguir una dieta milagro?

El cuerpo necesita energía para funcionar, cosa que se obtiene de las calorías. Cuando el aporte calórico disminuye drásticamente, el organismo reacciona consumiendo proteínas en lugar de calorías como fuente de energía alternativa. El resultado directo es la pérdida de masa muscular y la formación de cuerpos cetónicos, peligrosos para el organismo si son producidos por un periodo largo de tiempo. Esta dietas pueden conllevar graves déficits en vitaminas y minerales y bruscos cambios metabólicos.

2. Sin embargo, la gente pierde peso...

Sí, las personas que siguen este tipo de dietas suelen interpretar la pérdida de masa muscular como si estuvieran perdiendo peso, ya que ven resultados muy rápidos en la báscula. Esto es debido a que el tejido muscular es rico en agua y pierde gran cantidad de líquido en la primera fase de la dieta (que además suelen ir acompañadas del consumo de diuréticos).

3. ¿Por qué se produce el 'efecto rebote'?

Un problema adicional de las dietas milagro es que en cuanto terminan suelen conllevar una recuperación rápida del peso perdido. Como el cuerpo ha sido privado de una alimentación completa y equilibrada, se adapta incrementando la eficiencia metabólica, disparando mecanismos de ahorro de energía e incrementando el apetito. Además, el peso recuperado suele almacenarse en forma de grasa corporal.

En conclusión, las dietas muy restrictivas en calorías (o dietas milagro) constituyen un riesgo alto para la salud, ya que pueden:

1. Alterar el metabolismo de la persona.
2. Causar deficiencias en vitaminas y minerales.
3. Causar perdida de masa muscular y formar cuerpos cetónicos.
4. Llegar a provocar desordenes en la conducta alimentaria como anorexia o bulimia.
5. Provocar efecto rebote.

¿Realmente te la vas a jugar? Piensa que estas supuestas fórmulas mágicas se aplican por igual a una adolescente de 16 años que a una madre trabajadora de 50... Cada una de nosotras tiene un ritmo de vida, una genética y atraviesa por etapas de mayor o menor necesidad de ciertos tipos de alimentos.
Todas queremos estar guapas y sanas, sobre todo cuando se acerca el verano, pero nuestra salud es lo primero y una mala alimentación puede alterar la armonía entre nuestro cuerpo y nuestra mente.

Si deseas mejorar tu estado físico o realmente necesitas una dieta, podemos aconsejarte profesionalmente en nuestra farmacia a través de nuestro servicio de nutrición y dietética. ¡Estaremos encantados de ayudarte!

Montse Barba @mtfarmacia