Estamos en plena ola de calor y debemos adoptar medidas especiales sobre todo en caso de tener alguna enfermedad crónica o vivir con personas mayores, niños o enfermas. Las temperaturas elevadas pueden producir una pérdida de líquidos y sales minerales (cloro, potasio, sodio,...) necesarias para el organismo con riesgo de deshidratación si no se reponen adecuadamente. Además pueden aparecer síntomas como sed intensa, cansancio, calambres o vértigo.

Normalmente el cuerpo se refrigera con el sudor. En ciertas condiciones, cuando la humedad es elevada, el sudor no basta porque no se evapora con tanta rapidez que impide al cuerpo liberarse del calor tan rápidamente. Además, la sudoración puede verse afectada por la edad.

Los mecanismos que regulan la temperatura de nuestro cuerpo lo mantienen con una temperatura alrededor de los 37 grados. Ante una sobrecarga de calor interno (fiebre) o ambiental pueden fallar. Cuando el organismo pierde el control de la temperatura y ésta sube por encima de los 40º C pueden provocarse daños celulares importantes. Se reduce o cesa la sudoración y aparece cefalea, mareo, taquicardia, convulsiones,…

Personas con más riesgo

Las personas de edad avanzada, los niños menores de 4 años y las personas que realizan una actividad física importante son los más susceptibles de padecer problemas relacionados con el calor.

Pero también los pacientes tratados con determinados medicamentos deberán extremar las precauciones como son:

• Los fármacos diuréticos, que pueden facilitar aún más la pérdida de líquidos.
• Los tranquilizantes y antidepresivos que en cierta forma impiden la pérdida de calor del organismo.
• Los antihipertensivos que bajan la presión arterial.
• También la deshidratación puede reducir la eliminación de los fármacos en general, esto puede producir un aumento del efecto de los medicamentos.

En el caso de las personas mayores, deben beber agua a sorbos de manera constante, no muy fría para evitar molestias abdominales. Si se sorpecha que hay deshidratación, conviene diluir en agua un preparado de sales minerales o darle una bebida isotónica baja en azúcar.

10 consejos para hacer frente al exceso de calor

1. En todos los casos es mejor prevenir los trastornos adoptando medidas como aumentar la ingesta de líquidos incluso sin esperar a tener sed y mantenerse en un lugar fresco y tranquilo.
2. No exponerse al sol en las horas centrales del día y menos con actividad física intensa.
3. El consumo de alcohol y otras drogas altera y perjudica las condiciones de control de la temperatura corporal. Ni el azúcar, ni las bebidas con cafeína son tampoco recomendables.
4. Aprovechar las sombras cuando se pasea y utilizar tejidos frescos y sombrero.
5. En caso de estar tomando medicamentos que puedan agravar el proceso de control de la temperatura corporal conviene extremar las precauciones.
6. El calor también puede afectar la calidad de los medicamentos que se guardan en casa, si no se conservan en lugar seco y fresco. Nunca deberán exponerse directamente al sol ni a temperaturas elevadas y conservar en nevera los que así lo indiquen en el envase.
7. Nunca se debe dejar solo en un vehículo a una persona mayor o un niño pequeño, ni siquiera a la sombra.
8. En casos de calambres, agotamiento muy extremo, insolación o golpe de calor (que puede provocar un fallo multiorgánico), acudir a urgencias o llamar al 112.
9. Por supuesto, utilizar protector solar en caso de exposición al sol.
10. Bajar las persianas para mantener fresca la casa e ingerir alimentos ligeros como sopas frías, ensaladas, fruta y zumos.

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