Todo lo que necesitas saber sobre los Prebióticos y Probióticos vaginales

Es habitual escuchar que debemos mantener la flora bacteriana equilibrada para evitar infecciones vaginales. ¿Pero sabes distinguir entre prebióticos o probióticos? Te lo explicamos todo a continuación.

¿Qué es la microbiota vaginal?

Comencemos definiendo qué es la flora bacteriana de nuestra zona íntima o microbiota vaginal. Y no es más que el conjunto de microorganismos que habitan en la zona de la vagina, normalmente poblada por bacterias, como sucede en el interior de nuestro intestino. 

La microbiota vaginal es un frágil y complejo ecosistema compuesto por especies bacterianas, unas más beneficiosas que otras pero que en equilibrio, protegen nuestros órganos reproductores de infecciones y aseguran un entorno favorable para el embarazo. 
La composición y el pH de la microbiota vaginal varía a lo largo de la vida y hay muchos factores que influyen en estos cambios, como la etapa en la que se encuentre cada mujer (niñez, pubertad, embarazo, menopausia, momento del ciclo menstrual), factores genéticos, medioambientales y conductuales (relaciones sexuales, hábitos de higiene íntima, etc.). 

La mayor parte de la flora vaginal está formada por lactobacilos, un tipo de bacterias que se diferencian por el género, la especie y la cepa. Los que encontramos más frecuentemente en la vagina son los acidophilus y/o fermentum, y más específicamente L. crispatus, L. gasseri, L. iners y L. jensenii. Además de lactobacilos se pueden encontrar otros microorganismos, la mayoría de ellos procedentes del intestino.

¿Qué diferencia hay entre prebióticos y probióticos?

Según la Organización Mundial de la Salud “los probióticos son microorganismos vivos que, si se administran en cantidad suficiente, tienen efectos beneficiosos para la salud”.

El término probiótico hace referencia a los preparados o productos que contienen bacterias y levaduras que, consumidos en las dosis adecuadas, son capaces de restaurar el equilibrio de nuestra microbiota. Dicho de otro modo, los probióticos son los microorganismos vivos “buenos” que nos tomamos (en alimentos y suplementos) o aplicamos (mediante cremas, óvulos o geles). 

Por su parte, los prebióticos no son organismos vivos, sino un tipo de fibra no digerible que tiene efectos beneficiosos sobre la salud, al estimular el crecimiento y la proliferación de la flora bacteriana. Es decir, los prebióticos son nutrientes para los probióticos.

¿Cómo actúan los probióticos para restablecer la flora vaginal?

Una vez administrados los probióticos, estos se adhieren a la mucosa vaginal reestableciendo el equilibrio de la microbiota íntima de forma natural. Principalmente, ayudan a recuperar el número beneficioso de lactobacilos, favoreciendo un pH adecuado y una correcta lubricación.

¿Cuál es la vía de administración de los prebióticos y probióticos vaginales?

Los pre y probióticos para la zona íntima se pueden administrar vía vaginal mediante óvulos o cremas,  de forma tópica en formato de geles para la higiene; y vía oral en granulados o cápsulas. De acuerdo a la necesidad que tengas, hay una presentación que será la más indicada para que utilices.

Estos son algunos productos según el tipo de vía de administración: 
  • Cumlaude Prebiotic - Óvulos Vaginales: son prebióticos en formato óvulos que se administran vía vaginal. Sirven para prevenir la vaginosis y vaginitis tanto bacteriana como micótica (cándidiasis) que se producen de forma recurrente. Ayuda a restablecer la población de lactobacilos y equilibrar el pH vaginal.
  • Cumlaude Prebiotic - Mousse Higiene Íntima: es un limpiador con textura mousse y pH ácido, enriquecido con prebióticos, ácido láctico y provitamina B5 que ayuda a restaurar y reforzar la flora bacteriana. Su uso se recomienda en casos de infecciones recurrentes, si te has sometido a algún tratamiento con antibióticos, antimicóticos o si tus defensas se encuentran bajas.
  • Woman Isdin - Isadin Oral: es un probiótico íntimo en formato cápsula. Cada una contiene 5 billones de Lactobacillus (L. Plantarum P17630, L. Paracasei 1688 y L. Salivarus 1794). Este es un tratamiento eficaz para restaurar la flora bacteriana vaginal desde el interior y prevenir infecciones recurrentes.

¿Cómo llegan los probióticos orales a la microbiota vaginal?

Cuando se administran oralmente los probióticos, estos tienen la capacidad natural para migrar a la región vaginal desde el intestino, a través de la piel perineal y vulvar.
Esta actividad se ve apoyada por la combinación de los probióticos con prebióticos, como es el caso de los fructooligosacáridos (FOS), los cuáles favorecen el crecimiento y supervivencia de los primeros a través del tracto digestivo y su instauración a nivel vaginal. 

¿Cuándo debemos restaurar la flora vaginal?

En general se debe restaurar la flora bacteriana cuando se rompe el equilibrio y alguno de los microorganismos crece más de lo que debería o se encuentra en déficit. Si esto ocurre, lo habitual es presentar algún síntoma de molestia como picores, ardor o cambios en el flujo vaginal. También suele alterarse si estás en tratamiento con antibióticos, antimicóticos o hay alguna patología vaginal. 
La mayoría de las mujeres ha padecido alguna a lo largo de su vida, veamos las más comunes:
  • Candidiasis vaginal: es producida por un tipo común de hongo, el Candida albicans que habita en la microbiota vaginal. Forma parte de nuestro ecosistema y se mantiene en equilibrio junto con otros microorganismos. Pero si la población de cándida aumenta, nos lleva a tener candidiasis vaginal.

    El uso de antibióticos en general puede provocar un desequilibrio en la flora de esta zona, ya que además de actuar contra las bacterias patógenas que nos causan infecciones, también afectarán a los microorganismos beneficiosos que forman parte de nuestra flora intestinal. Así, se da el entorno idóneo para que aumente el número de la Candida albicans.

    Para prevenir estos efectos y mantener la flora vaginal equilibrada, se puede complementar el tratamiento antifúngico con la toma de probióticos orales y/o vaginales.
  • Vaginosis bacteriana: se produce por un aumento excesivo de bacterias no beneficiosas que habitan en la vagina, entre las que destacan la Gardnerella vaginalis. Si es tratada con antibióticos, se recomienda el consumo de probióticos orales y/o vaginales para restaurar el equilibrio de la microbiota.

  • Otras patologías frecuentes, son:
- Infecciones de orina
- Sequedad vaginal
- Cambios de color y textura del flujo vaginal
- Ardor o picores

¿Es recomendable utilizar productos de higiene íntima con prebióticos o probióticos?

El uso de este tipo de productos ayuda a reequilibrar y reforzar la flora microbiana vaginal a nivel local. De esta manera mantendremos controlada la población de bacterias y  hongos evitando un crecimiento excesivo de estos, y que se conviertan en bacterias potencialmente patógenas causantes de infecciones vaginales. 
También funcionan como coadyuvantes en el tratamiento de infecciones vaginales y prevención de recidivas (reaparición de manera periódica), frenando el crecimiento de bacterias patógenas y hongos.

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